lunes, 4 de noviembre de 2013

Cine de animación: Millennium actress (Sennen joyû)



Esta película del año 2001, del ya fallecido Satoshi Kon (Perfect Blue, Tokyo Godfathers, Paprika), es sin duda una de las que más me han cautivado a lo largo de mi vida. Al principio puede parecer una historia simple: un reportero y su cámara van en busca de una actriz jubilada de un gran renombre: Chiyoko Fujiwara, que a pesar de su prometedora carrera, desapareció de repente del mundo artístico sin dar ninguna explicación hace más de treinta años. El reportero, Genya Tachibana, le entrega a la actriz una antigua e importante pertenencia perdida: una llave. Dicho objeto dará pié a que comience la entrevista, comenzando Chiyoko a relatar la historia de su vida.

Pero este relato está contado de una forma muy especial. El espectador lo presenciará como su fuera un documental, como un testigo de los sucesos que acontecieron la vida de la actriz. Incluso los reporteros aparecerán dentro de sus recuerdos como espectadores (y a veces partícipes) de los hechos. Satoshi Kon mezcla en esta historia la realidad con las películas que fue haciendo Chiyoko a lo largo de su carrera, fundiéndose en una sola realidad, contada con tanta gracia y cuidado que no se hace confusa en ningún momento para el espectador. Es absorbente, tierna, inquietante, triste… invirtieron perfectamente los 87 minutos que dura el largometraje para no dejar al espectador sin algo nuevo que ver o sentir.

El estilo de dibujo característico que poseía Satoshi Kon se presencia también en esta película. Sus trazos siempre fieles, con rostros increíblemente expresivos y con tanta vida que perfectamente podrían ser personas reales de carne y hueso, viendo como Chiyoko, aquella “niña simplona con nariz respingona”, como ella misma se define en la película, se convierte de una muchachita que va al instituto en toda una mujer madura. Su evolución y sus ganas de luchar conquistan a quien la ve desde el primer momento, creando una gran empatía con el personaje.

Es una película altamente recomendable, pero que necesitarás verla más de una vez para poder disfrutarla plenamente y darte cuenta de todos los detalles que esconde, como es característico de las películas de este director. Cuando veo sus películas, (sobre todo ésta, la cual no me canso de ver) siento rabia de que el cáncer se lo llevara y de que no le diera tiempo a producir más películas, ya que era un hombre que podía dar realmente mucho de sí y que murió sin poder terminar su última película: La máquina de soñar, la cual están continuando y es muy posible que la estrenen en su honor, la cual espero que podamos disfrutar en un futuro no muy lejano.



Marta Sordo de la Rubiera


Este artículo está hecho para un blog en grupo de la asignatura de "Crítica de Arte" de la USAL.

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